Hoy se cumplen 100 años del naufragio del crucero Titanic, tragedia que costó la vida a 1.514 personas y, si no conocía el dato, a nueve de los doce perros que viajaban en el trasatlántico británico.
En el marco del centenario del hundimiento, la Widener University Art Gallery de Pensilvania presentó una exposición dedicada exclusivamente a la impresionante historia de los canes que sobrevivieron a las gélidas temperaturas del Océano Atlántico.
De acuerdo al curador de la muestra, J. José Edgette, los perros que se salvaron eran muy pequeños y por eso puede que fueran puestos por sus dueños sin ningún problema en las balsas salvavidas.
El también historiador del Titanic indicó que dos de los animales supervivientes eran de raza Pomeranians, siendo una de ellas, Lady, salvaguardada por su amo en una manta y haciéndola pasar por un bebé para que ningún miembro de la tripulación se diera cuenta.
El otro perro salvado era un Pekinés llamado Sun Yat-sen, que pertenecía a la familia Harper de la firma editorial de Nueva York, Harper & Row.
Edgette en conversación con Yahoo! News dijo que de los pasajeros del Titanic, solo los de primera clase tenían el privilegio de llevar mascotas a bordo. Es más, los ocupantes se dieron el lujo de sacar pólizas de seguro para sus animales, que finalmente no fueron pagadas.
“La tripulación fue muy respetuosa y a los pasajeros de primera clase se les dio lo que querían para mantenerlos contentos”, añadió.
La trágica historia de un Gran Danés
Una mujer llamada Ann Elizabeth Isham, de 50 años, en medio de la tragedia escapó en un bote con su perro, un Gran Danés, que por su tamaño era imposible que sea salvado. Días posteriores al naufragio, testigos indican que encontraron el cuerpo de la pasajera aferrada a su perro, ambos sin vida.
En el marco del centenario del hundimiento, la Widener University Art Gallery de Pensilvania presentó una exposición dedicada exclusivamente a la impresionante historia de los canes que sobrevivieron a las gélidas temperaturas del Océano Atlántico.
De acuerdo al curador de la muestra, J. José Edgette, los perros que se salvaron eran muy pequeños y por eso puede que fueran puestos por sus dueños sin ningún problema en las balsas salvavidas.
El también historiador del Titanic indicó que dos de los animales supervivientes eran de raza Pomeranians, siendo una de ellas, Lady, salvaguardada por su amo en una manta y haciéndola pasar por un bebé para que ningún miembro de la tripulación se diera cuenta.
El otro perro salvado era un Pekinés llamado Sun Yat-sen, que pertenecía a la familia Harper de la firma editorial de Nueva York, Harper & Row.
Edgette en conversación con Yahoo! News dijo que de los pasajeros del Titanic, solo los de primera clase tenían el privilegio de llevar mascotas a bordo. Es más, los ocupantes se dieron el lujo de sacar pólizas de seguro para sus animales, que finalmente no fueron pagadas.
“La tripulación fue muy respetuosa y a los pasajeros de primera clase se les dio lo que querían para mantenerlos contentos”, añadió.
La trágica historia de un Gran Danés
Una mujer llamada Ann Elizabeth Isham, de 50 años, en medio de la tragedia escapó en un bote con su perro, un Gran Danés, que por su tamaño era imposible que sea salvado. Días posteriores al naufragio, testigos indican que encontraron el cuerpo de la pasajera aferrada a su perro, ambos sin vida.
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